Es el edificio más destacado del conjunto monumental que lleva su nombre y su silueta, el skyline de la ciudad. Es la catedral antigua de Lleida, pero no la única. En el centro urbano, en la calle Mayor, se encuentra la Seu Nova, la catedral nueva. La fatalidad de una comportó el nacimiento de la otra.
Definida como una de las mejores producciones artísticas de la arquitectura catalana del siglo XIII y, por extensión, de la arquitectura medieval europea, la Seu Vella es una catedral singular que no deja a nadie indiferente. La arquitectura comparte protagonismo con una escultura de altísima calidad conservada en capiteles, cornisas, ménsulas, puertas, etc. Los importantes restos de pintura mural conservados o las capillas construidas por ilustres familias o destacados miembros eclesiásticos son al mismo tiempo el reflejo de un edificio prestigioso, con un pasado espléndido.
Convertida en un importante centro artístico y en el referente visual de una diócesis rica, extensa y poderosa, la Seu Vella es también una catedral cargada de historia.
Sobriedad, grandeza y espectacularidad son algunos de sus atributos. Hay muchos más.