El nombre de esta portalada viene dado por las doce imágenes de los Apóstoles que la presidieron y que se conservan muy fragmentadas. Una Virgen situada en el parteluz de la puerta y un conjunto de profetas y ángeles situados sobre pequeños pedestales en las arquivoltas completaban la decoración escultórica de esta noble puerta, también conocida con el nombre de la Puerta del Juicio Final, al ser éste el tema de representación escogido para su tímpano.
Se convirtió en el acceso principal al conjunto catedralicio, dado que la fachada románica del templo había quedado sacrificada con la construcción del claustro. Una monumental escalinata, enmarcada por nobles edificios del barrio gótico, conectaba la parte baja de la colina con la portalada, haciendo de este acceso una entrada majestuosa.