Situados bajo el baluarte de Louvigny, son de finales del siglo XVII. Se trata de dos espacios cilíndricos subterráneos de 14 metros de altura y cubiertos con bóveda. Se utilizaron para almacenar hielo natural en invierno y poder disponer de él el resto del año. Cayeron en desuso a finales del XIX, al no poder competir con el hielo artificial.