El Santo Pañal fue el primer pañal que envolvió al Niño Jesús en el momento de nacer. Según la leyenda, la reliquia llegó a la Seu Vella de la mano de Arnau Solsona, mercader de Lleida que fue encarcelado en Mallorca junto a su mujer, Elisenda, y su hija Guillamona en el transcurso de una incursión que el rey de Túnez hizo en la isla. Una vez en Túnez, Guillamona fue casada con el hijo del rey, lo que le permitió descubrir entre los tesoros de palacio el Santo Pañal. A escondidas, lo sustrajo y lo entregó a su madre, que una vez de vuelta a Lleida, y poco antes de morir, confesó la posesión de tan preciada reliquia a su esposo.
Arnau Solsona hizo donación del Santo Pañal a la catedral en el año 1297. La reliquia, adorada y venerada desde entonces, se fue salvando de todos los infortunios vividos, hasta que su rastro se perdió para siempre durante la Guerra Civil. Sin embargo, aún se conservan unos hilillos del Santo Pañal en Barcelona y otros en Escalona del Prado (Segovia).