La ciudad de Lleida, como otras ciudades, esconde bajo su subsuelo parte de su historia. En el caso de la colina, las excavaciones llevadas a cabo en los últimos años han permitido recuperar materiales cerámicos, numismáticos, objetos, etc. que han puesto al descubierto una pequeña pero interesantísima muestra de los diferentes momentos de ocupación vividos en el cerro y ocultos por la fortificación militar.
A pesar de haber avanzado en el conocimiento de estas primeras fases de ocupación, todavía no se puede afirmar con rotundidad la existencia de la ciudad íbera de Iltirta, mientras que de la ciudad romana de Ilerda se han encontrado estructuras que permiten hablar de una ciudad organizada y rodeada por una muralla desde época republicana.
Más importantes son los restos constructivos adscritos a la ocupación andalusí que permiten constatar una actividad ininterrumpida en toda la superficie de la colina desde el siglo X hasta la conquista de la ciudad en el año 1149. A partir de esta fecha la colina fue profundamente remodelada hasta convertirla en un excelente barrio gótico, fundamentalmente eclesiástico, pero también noble, residencial y universitario. El barrio fue totalmente arrasado entre los siglos XVII y XVIII, a excepción de la Seu Vella y el Castillo del Rey, únicas edificaciones que han perdurado hasta nuestros días.

 

Imagen derecha: Fragmento de cerámica Ibérica
Créditos de la imagen: Servei d'Arqueologia/Ajuntament de Lleida