En un lugar realmente privilegiado, y en el centro de la ciudad de Lleida, se levanta el conjunto monumental de la colina de la Seu Vella. Lo integran diferentes edificios: la Seu Vella o catedral antigua, el Castillo del Rey o Suda, la fortificación militar que rodea todo el recinto y diversos restos arqueológicos que ayudan a entender el presente.
El juego de volúmenes y perfiles que generan son un compendio de la historia de Lleida y de la colina en particular. La posición estratégica de este cerro, levantado en un paisaje llano, bien comunicado en todas direcciones y con la proximidad del río Segre, permitió desde la antigüedad una ocupación ininterrumpida. La muy probable Iltirta ibérica, la Ilerda romana y la Larida musulmana permanecen bajo su subsuelo, así como el excelente barrio gótico que se fue gestando de forma majestuosa en época medieval. La Seu Vella y el Castillo del Rey son sus testimonios más destacados.
Las pérdidas irreparables y los usos indeseables llegarían con la época moderna y los conflictos bélicos de alcance europeo, cuando toda la colina fue arrasada y en su lugar se edificó, de forma progresiva, una fortificación militar. Los dos únicos edificios no derribados, catedral y castillo, fueran transformados en tristes cuarteles militares, uso que desgraciadamente se prolongaría hasta el año 1948. Se iniciaba entonces una lenta y alentadora restauración, todavía vigente.